martes, 3 de junio de 2008

El Lowe cumplió años!!


Fundación Nicolás Lowe
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Reflexiones desde el Instituto Lowe
Suena en mis oídos la voz de Jonathan mientras juega a las bolitas con otros chicos de su edad, 7 anos. Como si hablase con alguien, dice: "Esta es mi casa preferida". Otro niño le pregunta: "¿Cuál, esta?". A lo cual él contesta con mucha seguridad: "Sí, esta."
Se oye el canto de los pájaros, las pocas hojas secas que caen, las gotas gruesas de lluvia. El día esta gris. Pero algo suena muy fuerte: las risas de los niños jugando, los pasos prestos. Se huele el aroma que viene de la cocina, el perfume del baño... hoy es día de higiene general. El hogar vibra con mucha energía. Hay quien lava los pisos, quien tiende las camas, algunos discuten, otros arreglan. Todo, todo lo que se oye, se ve, se huele y se siente es vida.
María Laura, María Eugenia, Jonathan y Jorgito se acercan Ilorando. Dicen que les duele el cuerpo y la cabeza. Son cuatro hermanitos. Hace dos días, su mama, 31 anos, murió de cáncer. Todos estamos tristes. Hacemos una ronda y varios chiquitos piden hacer una oración, pidiendo a Dios que ayude a las mellizas y a sus hermanitos a estar tranquilos, que Él les dé consuelo.
Otros sienten que ellos también perdieron a su mama: nadie los visita. Algunos porque sus padres no tienen para pagar el pasaje hasta Mercedes, otros porque están presos; físicamente en la cárcel, espiritualmente en sus vicios y miserias.
En el hogar tratamos de contenerlos, de protegerlos, de explicarles que a pesar de todo el sufrimiento, Dios los ama, y El nunca les fallara. No es tarea fácil, no es siempre exitosa, pero la carita feliz de unos cuantos, nos recuerda el mensaje de Cristo: Por cuanto lo hiciste a uno de estos mis hermanos pequeñitos, a mí lo hiciste.
Y esto me lleva a la reflexión final: Si cada uno de los que creemos en nuestro Señor Jesucristo nos comprometiéramos con uno de los tantos niños que son "heridos de guerra" de esta sociedad tan injusta que hemos creado los hombres, si tuviéramos el valor de hablar a otros y buscar ayuda, cuanto más cerca estaríamos del mandato de Cristo de amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos.
Irma AgüeroMercedes, Prov. Buenos Aires
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Una larga historia...contada en pocas palabras
En el año 1893, comienza a correr una historia de casi cien años de sueños y desvelos, que antes había empezado en el corazón y la energía de los esposos Anita y Nicolás Lowe.
Aquel año estrenaron las aulas de un establecimiento dedicado a los chicos del lugar, pero la consagración y la generosidad de este matrimonio lo llevó a fundar un orfanatorio evangélico donde dar cabida a tantos pequeños desamparados y con hambre.
Así nació la tarea filantrópica de los Lowe, quienes pronto donaron a la Iglesia Metodista las instalaciones de su propiedad, anexas al templo Metodista de la Ciudad de Mercedes en la Provincia de Buenos Aires, y poco después el predio en el que hasta hoy funciona el Instituto, en la calle República de Chile 260.
Para costear la edificación en aquel lugar, se recurrió a la venta de algunas propiedades y se contó con el apoyo de la Iglesia Metodista, todo lo cual hizo posible la inauguración de las instalaciones en 1922.
Cuantos avatares, cuantos esfuerzos, cuanta ayuda de Dios recibió desde que nació aquella idea, y cuanto amor a través de los anos, pese a las dificultades y tropiezos.
Pero ningún trabajo carece de sentido cuando la niñez carenciada nos mira desde sus ojos tristes y sus esperanzas sencillas.
Hoy, el Instituto Lowe es también colaborador eficaz del Juzgado de Menores de Mercedes, cuyos funcionarios encuentran allí el hogar que muchos niños bajo su custodia necesitan.
Las necesidades de esos chicos son un clamor permanente y no podemos permanecer indiferentes. Si usted reconoce el grave problema de la niñez desvalida y desea hacer algo al respecto, lo invitamos a ponerse en contacto con esta Fundación.





Av. Rivadavia 4044 (1205) Buenos Aires - ArgentinaTeléfono: 5411 4981 4474 / Fax: 5411 4981 0885
e-mail: fundalowe@arnet.com.ar
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